Le ha llegado el turno a esta preciosa piedra con el relieve en unos perfectos colores de una seta, concretamente un Boletus Edulis, al igual que en la especie Edulis, el pié de un tono veis claro, y la cutícula del sombrero de un tono amarronado no muy oscuro.
El daiza lo he hecho en madera de castaño, teñida con nogalina al agua y terminada con varias capas de barniz incoloro, del empleado para cuadros al óleo.